EN EL CENTRO...

Desde que sale el sol y empiezan las corrientes de gente andando, se ve en una esquina a una anciana, que no quiere que los rayos de luz la toquen porque la pueden despertar, que las personas no la miren porque la oscuridad se asoma en su iris con anciana de morir; de desvanecerse en la nada y dejarse caer en el vacío, y lograr ser uno con el olvido de sus años.

Su cabello canoso ya no tiene esperanzas y su cuerpo ya no puede moverse de su esquina, de vez en cuando pide limosna a alguna persona, para ver si se pueden compadecer de ella, pero no espera mucho pues la gente la ve con asco y repulsión.

Y es así como va corriendo el tiempo y en el centro la gente empieza a evacuar. Un tamborzazo corta el murmullo del viento y después el silencio se apodera de todo, hasta que otro lo rompe y siguen creciendo, y llega el momento en que ya no se oyen los silencios que dejan detrás de esos bam y sus ojos se abren; con ese brillo de juventud y esa sed de movimiento, solo retumba en su cabeza el son de la música y es en ese momento es en el que sus extremidades comienzan a moverse y yo empiezo a entregarme a esos pasos arrebatados por la pasión, por esos hilos que la música crea y jala sus brazos moviéndolos y entregándolos al viento. Bam bam, un brazo aquí y otro por haya; y ya no esta parada, si no, que ahora se mezcla con la tierra, empanizandoce de sabor a vida.

Mis ojos solo tienen colores para ella y todos los espectadores disfrutan del éxtasis que les causa este baile.

Un splas para los tambores y rompe el hipnotismo de la multitud, abro los ojos y oigo el siseo de la gente, la vieja esta empapada y ya no quiere saber nada de sonsoneos, unas personas ríen; mientras que otras buscan al culpable, todos toman su rumbo, y yo me quedo ahí con la anciana, que se limpia la cara y se queda ensimismada y ya no se ve a nadie porque la burla la ha consumido, solo deja a esa vieja que huye de los rayos de sol para que no la despierten…