jueves, 26 de noviembre de 2009

Lo aprendido


Años tras años de aguantar las mismas platicas de siempre, las mismas presentaciones en un aula un poco mayor que las normales, semestre tras semestre era lo mismo y todo con la intención de “prevención”…está definitivamente seria la ultima.

Tantos años de ir al hospital servirían de algo (pensé mientras daban la conferencia), saliendo de mi cárcel llegue a mi hogar, dulce hogar. Todo estaba vacío.

-mamá?- anuncie con un tono sin estar convencida de todo
-Te has ido?

El momento perfecto, la situación idónea se prestaba ante mis ojos, era yo dueña totalmente de este momento, lo sabía bien: último cajón, debajo de un pantalón roído por insectos y con olor a humedad de tanto tiempo que llevaba sin ser usado.

Ahí estaba, parada enfrente de mi escapatoria; una jeringa mediana con mi respectiva manguera para apretarme las venas, había visto tantas enfermeras hacerlo que supuse que sería fácil- que tan difícil podría ser?- la apreté jalando de ella con mi boca y del otro extremo con mi mano, aprieta en puño (para que se junte toda la más sangre q se pueda) y luego el “piquetito”.

Sentí como ese líquido espeso entraba en mi, en mis venas, en mi ser; me desplome en mi cama y cerré poco a poco los ojos y heme ahí la misma noche oscura de nuestra última vez, la playa, las luces, los sonidos, todo igual. Nos arrastraban las olas pero esta vez no te dejare…esta noche nos hundiremos juntos, para no volver jamás…

1 comentario:

Clarita dijo...

Se te echaba mucho de menos!!Gracias por volver!
Un besote enorme, y en mi rinconcito te dejé un premio hace un mesesito, correeeee!!